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upsidedown ... en todo sentido
...Es que escribir me da alegría... digo, ese escribir escribiendo... sin siquiera proyectar una meta... haciéndose la meta sola o no, pero haciéndose ella en el transcurso. El amor en la palabra, y no la palabra de amor. Ese sentir mientras se despliega, chorreante, se escapa, se vomita de adentro, con ese estado adrenalínico de estar siempre al borde de un abismo (siempre uno nuevo), siempre en el limite, siempre cayendo y cayendo, en lo que, sólo, se crea. No me vengan con reglas, del allí, del allá o del mas allá. El ahora... y nace algo nuevo.
Ayer leía un cuento de Salinger y encontraba eso en un otro. El cuento como algo arrancado de su alma, como quien no quiere la cosa, como él mismo. Siendo. Y yo leyendo vida pero una vida siendo vivida... no la historia de alguien que vivió y todas sus aventuras... nada de eso, sino el propio acontecer de alguien que se escribe a si mismo, se escribe en el cuerpo (o su cuerpo escribe todo él, su sangre, sus musculos, sus nervios...), como parte de un acto cotidiano; comer, dormir, escribir.
Ya se que te hable mucho de Salinger ya, pero se arranca de mi. Nunca me vas a ver escribiendo para algo, con un fin. El fin aparece después y ni siquiera es ese Fin en sí mismo tan eudaimonista. No. A veces ni aparece. Si aparece quizás, es por el mero hecho de compartir... no jugar solo... y yo aquí que te escribo, tal vez como excusa, tal vez como una simple necesidad de sacar y sacar y que todo corra y salte y cante rimbombante y siempre la adrenalina en la garganta. Todo en la garganta. Abrazo de oso, abrazo de garganta, porque ahí esta toda la felpa y la fuerza y la sonrisa, amante y cómplice.
Cortazar cómplice de hidromurias y plineos, noemas que se escapan y temblores como luna en el agua. Siempre en el borde, siempre cayéndose para “el otro lado” y riéndose tiernamente. Tampoco un puente se sostiene de un solo lado, y he aquí por qué escribo siempre a alguien. La escritura, la palabra, el dialogo como puentes. Un puente y ahí estás.
El no-esfuerzo de la filosofía.
Lo dadá hace un esfuerzo, y por eso no tiene la sonrisa tierna. Hace un esfuerzo y se le nota, un esfuerzo por no obligar al sentido, y que venga solo. Pero el esfuerzo... y se nota.
Hay cosas escritas con esfuerzo muy bellas y pomponas. Pero leer no es digerir para luego comentar. Leer es escribirse adentro, con tinta de intensidades y sentimientos, de nuevo la garganta, la adrenalina, y la sonrisa en el pecho. Y cada lector como algo nuevo, un texto nuevo que se va creando. Eso debe ser la magia. Como en el diálogo, en donde no se frena para interpretar... uno esta en un carro en movimiento, velocidad, salvajismo, todo va y viene y no es que vaya y venga sino que va siendo... uno solo. Se funden los individuos en un fluir adrenalínico y efímero; la magia. Es hermoso. Hermoso es permitirse eso. Salirse de lo cotidiano, y que las pupilas centelleen contentas, rimbombantes, porque en ese momento no hay juicio, no hay grietas, no hay yoes-barrera ni yoes-descalificantes ni yoes-ego-grande ni de los otros que no dejan de serlo. Los planos se conectan (lo logran), de adentro a afuera y no a la inversa. La velocidad. Con la velocidad se desdibujan las personalidades, se dejan de ver, cual soga sacudida en el aire. Se pierden los limites del tu y el yo, y ese vapor que corre creando, va dejando una estela. Eso, para mi, es la felicidad...
Un meollo
Siempre gustaba de lo que no podia ser. Era un especie de pasatiempo que acumulaba minutos, horas, días de autentico esfuerzo sin sentido. Es que desde aqui las cosas se ven claras, y un poco de tedio a veces mueve lo inamovible. Pero como era de esperar, faltarian muchos mas empujones para que Anselmo pueda percartarse de que cada pequeña cosa era un misterio que se referia a él y nada mas que a él.
El campo de batalla se dispone prolijamente: muchacho joven, estudio mediocre, familia trastornada y un mundo que le rodea colmado de símbolos... de los nuestros y de los otros.
Todo es una cuestion de elección. Y por lo pronto, el cosmos ya estaba confundido como para pedir que un microcosmos no lo este. Solo que este microcosmos tenia un sentido especial, por lo menos así Él lo inteligia.
Que diferencias puede haber entre cada ser? No es una cuestión de grados pero sí de misión, y por ese rumbo, según presumiamos, se encaminaba este anhelo por parte de nosotros, espectadores de la vida misma, al ingeniar el equilibrio y plan para cada uno.
-Existe el mal? o será simple ausencia de bien? Como explico la miseria, que, sin ninguna razon, azota mi intelecto y el sitio más sesgado de mi alma? O acaso ambos conceptos convergen en una misma realidad cuya naturaleza ajena me impide conocerla?
Observo desolado el mundo, como quien diria, con esperanza adormecida por las circumstancias. Me cuestan los pasos, me cuesta el trato, y aun asi es lo que mas anhelo. Porqué será tan dificil? Porqué no puedo Ver más alla de este velo? Lo unico que quiero es el Cielo.-
Revisemos el mundo tal cual se nos presenta desde aqui: Hay muchas creencias, falsas seguridades, y lo esencial es tan simple...
Estan aquellos que sustancializan a modo de explicación. Ël Bien, Ël Mal, como entidades activas en el mundo y en el alma. (Claro esta que "mundo" y "alma" son sin mas, sustancializaciones tambien).
Por otro lado, hay quienes afirman que el Mal es simplemente ausencia de Bien, aferrandose aun asi, a un primer principio supremo perfecto y beatisimo.
Pocos se animan a decir que ni "mal" ni "bien" existen, mas que en el modo de interpretar afecciones por parte del sujeto. El mundo sería una gran armonia de opuestos que se pagan mutua retribución sin juicio alguno.
Pero para algo la naturaleza es oculta, y las herramientas escasas, ya que las palabras solo sirven para confundir, cual torre babilonica en alzas.
La verdad es muy simple.
Anselmo duda. Se ve clarisimo. Está amarillo.
Busca debajo de un tapete llamado psicología, y por los senderos que, sin mas, le aconsejan doblar a la derecha y estacionar en donde no haya viejo-cuida-autos. Otro día de diván que no hace mas que confundir mas y mas.
Aún así la busqueda es legítima y desde aqui sabemos muy bien porqué es necesaria aquella experiencia. Todo se perfila a que la elección va a ser la apropiada.